Las recomendaciones médicas posteriores a una cirugía artroscópica del manguito rotador se centran en proteger la reparación, optimizar la curación tendón-hueso y minimizar el riesgo de rigidez y re-rotura, mediante un protocolo de rehabilitación estructurado y progresivo. El manejo postoperatorio debe individualizarse según el tamaño del desgarro, la calidad del tejido, la técnica quirúrgica y las características del paciente, pero existen principios generales respaldados por la literatura reciente:
1. Inmovilización inicial: Se recomienda el uso de cabestrillo o inmovilizador de hombro durante las primeras 4 a 6 semanas para proteger la reparación y permitir la cicatrización inicial del tendón al hueso. Durante este periodo, se permite la movilidad activa del codo, muñeca y mano para prevenir rigidez distal.
2. Movilización pasiva: La movilización pasiva del hombro suele iniciarse entre la semana 2 y la 6, dependiendo del tamaño del desgarro y la robustez de la reparación. La evidencia indica que tanto la movilización temprana como la diferida (hasta 6-8 semanas) ofrecen resultados funcionales similares en desgarros pequeños y medianos, sin aumentar el riesgo de re-rotura. La movilización pasiva debe ser suave y supervisada, evitando movimientos activos del hombro.
3. Movilización activa y fortalecimiento: La movilización activa asistida y posteriormente activa del hombro se introduce típicamente a partir de la semana 6-8, una vez que se ha logrado una cicatrización biológica inicial. El fortalecimiento progresivo del manguito rotador y la musculatura escapular se inicia generalmente después de la semana 12, ya que la curación tendón-hueso no es confiable antes de ese tiempo y la actividad prematura puede aumentar el riesgo de re-rotura.

4. Prevención de rigidez: La rigidez postoperatoria ocurre en aproximadamente el 10% de los pacientes y responde bien a la fisioterapia progresiva. El equilibrio entre protección y movilización es clave para minimizar este riesgo.[5]

5. Retorno a actividades y trabajo: El retorno a actividades laborales ligeras y cotidianas suele ser posible entre las 6 y 12 semanas, mientras que el retorno a actividades manuales intensas o deportivas se recomienda después de los 4-6 meses, dependiendo de la recuperación funcional y la integridad de la reparación. La tasa de retorno a trabajo y deporte es alta, especialmente en pacientes jóvenes y activos.
6. Complicaciones y seguimiento: Las complicaciones graves (infección, trombosis) son poco frecuentes (<1%). El seguimiento clínico y radiológico es fundamental para monitorizar la evolución, detectar rigidez, debilidad o signos de re-rotura, y ajustar la rehabilitación según la progresión individual.
En resumen, el manejo postoperatorio tras reparación artroscópica del manguito rotador debe ser progresivo, individualizado y coordinado entre cirujano y fisioterapeuta, priorizando la protección inicial, la movilización gradual y el fortalecimiento tardío para optimizar la función y minimizar complicaciones.

