Decálogo de un buen paciente

23 de Septiembre de 2019
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El enfoque médico que se le da a una dolencia, enfermedad o condición es muy importante ya que es la base del tratamiento que se elige para cada una, pero también es fundamental que los pacientes comprendan que ellos hacen parte esencial del éxito de éste. Sin el compromiso por parte del paciente de cumplir con todas las recomendaciones, es muy probable que la recuperación no se de según lo esperado.


Como Medico, siempre he intentando ser tan humano y cercano como sea posible, acompañando a mis pacientes durante todo el proceso hasta que consigan su total recuperación. He visto muchas cirugías exitosas con resultados inesperados, todo por la falta de cuidado posterior a la intervención. Por esta razón creo que cuando se lleva a cabo cualquier tipo de tratamiento, no solo se debe contar con la responsabilidad, ética y honestidad del Doctor tratante, el paciente debe hacerse consciente de su parte. 


A continuación te presento un corto decálogo que cualquier paciente debería tener en cuenta al iniciar un tratamiento y así ser parte de su éxito.


1. Escuchar: Siempre escuchar al Médico tratante con atención durante las citas. Evitar distracciones para poder escuchar las recomendaciones y atender cualquier inquietud que el Doctor pueda tener.

2. Preguntar antes de actuar: Cuando se trata de un tratamiento médico es muy importante que el paciente pregunte a su médico acerca de cualquier novedad o duda que tenga antes de tomar acción o una decisión, por ejemplo: dejar de tomar un antibiótico porque siente que no le cae bien. 

3. No pedirle segundas opiniones a Google: Gracias a la era digital existen millones de páginas que ofrecen guías o información médica acerca de muchas dolencias o condiciones. En su mayoría, esta información es general y no es posible tener una segunda opinión válida en los casos específicos de cada paciente. Por este motivo, si es necesario consultar a otro médico, es fundamental que se realice con un Doctor que cuente con los estudios necesarios para dar un concepto acertado y honesto.

4. Ser honesto: Lo honestidad siempre es de dos vías. No solo del médico hacia el paciente, también es viceversa ya que esto ayuda a identificar con mayor facilidad posibles riesgos o causas de la enfermedad o condición, y por lo tanto permite establecer el mejor tratamiento posible para el paciente.

5. Cumplir con las recomendaciones: Aunque llevan por nombre “Recomendación”, son en realidad un conjunto de reglas que ayudarán al paciente a recuperarse mejor, más rápido y de manera satisfactoria. Cuando no se cumplen dichas “recomendaciones” es probable que el proceso sea más demorado y los resultados no sean los esperados por ninguna de las partes.

6. Participar en el proceso: Tal como la honestidad, la comunicación también es de doble vía. El Médico seguramente tendrá muchas preguntas, pero es muy importante que el paciente exprese cualquier inquietud que tenga tanto del procedimiento, como de la recuperación o el tratamiento. Así hace parte activa del proceso.

7. Confiar en el médico: La confianza es la base de cualquier relación. Confiar en el tratamiento propuesto por el Médico permite que se lleve a cabo de una mejor manera, con una mejor disposición y por lo tanto con mejores resultados.

8. Ser pacientes: Todos los procesos requieren tiempo, trabajo y esfuerzo. Esto aplica para casi todo en nuestras vidas, especialmente para los tratamientos médicos. Ser pacientes con respecto a los resultados esperados, hacer todo conforme al plan, sin acelerarlo, permite que el cuerpo se recupere a su tiempo y ritmo, sin precipitarlo.

9. Ser respetuoso: Siempre hay que mantener un mínimo de respeto en la relación Médico-Paciente. Teniendo en cuenta que es muy probable que va a ser un contacto constante por una temporada larga o por tan solo unos meses, el que exista respeto mutuo hace que la relación sea más fluida y sin contratiempos.

10. Seguir el tratamiento: Por último, es esencial que los pacientes estén dispuestos y comprometidos a seguir el tratamiento propuesto. Es decir, cumplir las citas programadas, la toma de los medicamentos, las terapias y el plan paso a paso de principio a fin, evitando quedarse en la mitad por falta de impulso.

 

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